G. Óscar

Otra faceta de G. Oscar

La madre

Hoy, recordamos a nuestras madres, hoy, nuestros hijos, visitarán nuestras casas, un año más, nos sentiremos arropadas, felices de estar junto a ellos.

Hoy, brindo por nosotras MADRES, porque ellos forman parte de nuestro vivir desde el momento que les concebimos.

Brindo por todo lo que hemos compartido junto a ellos, sus penas y alegrías, también son nuestras.

Vaya para todas las madres que tienen la nobleza de sentir viva esa imagen de, LA MADRE.

Carta a mi madre

Es la entrada de este mes de nuestracajadepruebas.com

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*UN CANTO A LA NATURALEZA*

Ahora que dejamos atrás el verano, quiero compartir este «Canto a la Naturaleza», el cual deseo sea de vuestro agrado:

El rey de los océanos le había dado su consentimiento, las hadas de los mares también lo aprobaron:

  • ¡Deberás subir a la tierra!, le dijo su hada madrina.
  • El mismo día que termine el verano, ¡volverás!, le habló con voz fuerte su rey.

El hada protectora, envolviéndole entre sus cabellos de plata, le dio poder para transformarse en ser humano una vez que rozara las aguas superficiales de la tierra; también le concedió inteligencia, salud y capacidad para retener todo lo bello que en la tierra pudiera existir.

Se sentía tan feliz que se lo iba transmitiendo a todos los que se encontraba camino de su casa:

  • ¡Por fin mañana subiré a la tierra, amiga tortuga!; ¡no te preocupes por mí!, susurró a un pez ángel que, entre corales rojos, salía a despedirle.

Una estrella de mar, sigilosamente, se acercó hacia él, deseándole un feliz viaje.

Maren no es humano, vive en un arrecife de coral junto a un banco de peces de su misma especie, y desde hace muchos años tiene un solo deseo: conocer la tierra, ver el sol en ella; apenas llega hasta él una leve claridad difusa. «Lo que más deseo, siempre, es conocer la procedencia del agua que hasta los mares llega», pensaba a menudo.

Junto a la orilla del mar es despedido por las olas que besan sus pies. Despacio, se dirige por la arena de la playa, intenta mirar el sol que le deslumbra, dejando que se pose sobre du piel; sentado junto a otras gentes de la playa, observa sus formas de hablar, la diferencia que existe entre un niño, una mujer o un hombre, ¡es tan prodigiosa su inteligencia!… No necesita más para sentirse como ellos.

Unos niños, acercándose hasta él, le invitan a jugar con la arena:

  • ¿Quieres hacer castillos con nosotros?
  • Bien, pero, comenzad primero vosotros ¿vale?

Así conoció la risa, el juego, la relación con los demás, y también él sonrió.

Cuando iba transcurriendo el día, el sol comenzó a ocultarse, así que se acercó hasta el río que cruza la ciudad. Enormes sauces a un lado y otro de la orilla parecen buscar el agua. Decidió Maren pasar la noche al abrigo de uno de esos sauces.

A la mañana siguiente un rayo de sol le despierta dulcemente, posándose sobre su rostro. El trino de los pájaros que habían pasado la noche sobre las ramas del sauce le hace feliz, y él les saluda.

Lanzándose al agua con la elegancia de un delfín, Maren inicia la subida hacia el nacimiento del río, nadando. Pierde la noción del tiempo en la tierra: transcurrieron días y días así, hasta que una barca pasa rozándole. Dirigiéndose hacia ella, ve a un anciano que remonta el río como él:

  • Sube a mi barca, chico, y descansa.

A Maren le parece buena idea y le da las gracias, mientras se va acomodando en la barca.

  • Entre aquellas rocas vivo, comentó el anciano, y tu casa, ¿cómo es? Ven y serás bienvenido.

Al llegar a la orilla, que les lleva hacia el valle, una mujer anciana ayuda a recoger todo lo que el anciano lleva en su barca.

  • Este es Maren, esposa mía; será nuestro huésped.
  • Que mi casa sea para ti motivo de dicha, hermoso joven, dijo ella.

Caminando junto a ellos, siente Maren como sus pies se hunden entre el verdor del valle y, en silencio, les sonríe.

Las casas son como ciudades chiquitas dentro de las gigantescas rocas, todas semejantes a los astros que conoció (por su aspecto tan brillante). Las gentes le saludan, ¡todos quieren conocer al forastero!

Dentro de una cueva, Maren contempla unas fuentes hirvientes: «¡Dios mío!», exclama asombrado.

  • A veces, nos fascina la naturaleza, joven amigo.

Conoció a otras gentes, otras costumbres: gentes que agrupaban sus viviendas en las orillas del río, gentes que no se dedicaban a la pesca, que solamente utilizaban el río como medio de comunicación con otros pueblos. Por eso, Maren quiso compartir con ellos días felices de verano.

Al partir de nuevo, las gentes del pueblo con sus canoas decidieron acompañarle río arriba, hasta que una cortadura de macizos rocosos hizo que el río fuera más estrecho.

Maren continuó la subida, transcurriendo así algunos días más. El río cambiaba de aspecto: guijarros, arena, rocas; unas veces el río era tranquilo, otras, turbulento. Surgían cascadas que iban formando una niebla de gotas multicolores…

La naturaleza parece querer deslumbrarle, descubre flores que a su paso se abren para él, insectos de colores que se confunden entre las ramas, pequeñas liebres que rozan sus pies. ¡Maren es tan feliz!…

El río, entre curvas y meandros, se hace más estrecho; a veces, con dificultad, Maren asciende, pero… no le importa. Impresionado por el silencio en las cumbres y el eco que produce allí el ruido de las aguas, descubre como brota de entre las rocas el agua cristalina y pura.

En las montañas nevadas le parece rozar el cielo color púrpura, como si de una gran llama se tratara, como si las montañas mismas quisieran apagar el fuego del cielo, ¡todo le confunde, todo le llena de gozo! El nacimiento de aquel río será un santuario para él desde hoy.

Pronto llega el final del verano, y Maren piensa que es hora de regresar. El dios de la lluvia de verano le da a conocer como son las lluvias en la tierra: una nube, descargando sobre él el agua que lleva, hace que se quede maravillado.

Maren se fija en el cielo donde va formándose un arco con siete colores; son las siete hadas de los bosques que, soplando hacia él, le elevan, sentándole sobre el arcoíris, deslizándole dulcemente hasta dejarle en el mar. Allí, en forma de olas gigantes, salen a recibirle las náyades junto a una carroza engalanada con corales rojos, rosas y blancos, con hermosos caballitos de mar.

Las ballenas, medusas, esponjas de cristal y todas las especies del fondo de su morada, rodean el palacio donde el rey y las hadas le dan la bienvenida.

FIN

Homenaje a los libros

El libro para los príncipes.

*SECUELAS*

por Guadalupe Óscar.

Poco antes de la poliomielitis

Entre los años 1950/60 llegó a España el mayor brote del virus de la poliomielitis o, parálisis infantil, ya que solamente este virus atacaba a la población infantil.

Nací en 1945. En 1950 contraje este virus, dejándome totalmente inválida. Los médicos dijeron a mis padres que la enfermedad me había atacado fuertemente y que, en breve, moriría.

Después de la poliomielitis

La penicilina se vendía en el estraperlo; los médicos aconsejaron a mis padres que si conseguían unos gramos se podría evitar mi muerte, pero no las lesiones al caminar. Habiendo conseguido esos gramos, mi cuerpo comenzó a reaccionar, moviéndose lentamente.

Al cabo de un tiempo comencé a salir a la calle. Aunque mi caminar fue estable, el pie derecho comenzó a torcerse por el tobillo, que se desarrollaba con dificultad. Era, pues, ese tobillo el que más acusaba las secuelas, así que poco a poco fue torciéndose hasta pisar con él sobre el suelo…

Después de la primera operación volvió a deformarse

Mi vida se llenó de visitas a otros especialistas, operaciones, fisio, corrientes, onda corta, etc. Después de varias operaciones mi pie, llegó a pisar «casi » correctamente. Aunque quedaron secuelas, que ahí están, nunca influyeron en que yo no hiciera vida normal.

Para finalizar, deseo enviar un mensaje para los que me estáis leyendo: EL VIRUS DE LA POLIO NO MUERE, CONTINUA EN NUESTRO CUERPO. Hay células que fueron atacadas por este virus y murieron, pero las que continúan con vida, hacen el trabajo propio y el de las que murieron; por eso, los que conseguimos sobrevivir, hoy somos afectados de post-polio. Con el paso de los años, las secuelas son físicas, visibles, pero también invisibles, como las neurológicas, que producen, o pueden producir nuevos trastornos en nuestra, salud como el Síndrome POST POLIO, que produce fatiga, dolor muscular y articular, aumento de la debilidad muscular, intolerancia al frío, atrofia muscular, y en algunos casos, disfunción respiratoria, alteraciones en el sueño, trastornos en la deglución y dificultades en el habla.

Caminando con firmeza

Por eso, la importancia de haber creado recientemente en Burgos la asociación POLIOCYL, polio Castilla y León.

Los afectados e interesados, familiares y amigos, pueden escribir al siguiente correo: [email protected]

A mi edad, puedo decir,¡ gracias, gracias, gracias!

¡GRACIAS!

Guadalupe

*EL VAGÓN*

En el trayecto de mi vida, tuve que subir a un tren que había sido designado para mi, siempre ocupé el mismo, el paisaje cambiaba, los grandes túneles eran de profunda oscuridad; a lo largo de mi trayecto, subieron ¡tantas personas!.. fueron sentándose a un lado y otro de mi asiento, de todos ellos, pocos quedaron grabados sus rostros dentro de mí.

Una tarde, un joven pidió permiso para descansar a mi lado, su mirada me produjo confianza y, le sonreí ;durante el trayecto hablamos y hablamos… Escucharle producía serenidad, belleza interior; el revisor, en un momento determinado le invitó a salir y bajarse en la próxima estación, yo, no entendía el por qué ya que su viaje duraría hasta fin de trayecto.

Permítame,- dijo el joven al revisor-unos minutos que me despida de ella, con la maleta sobre sus rodillas, la abrió diciéndome…

-puedes quedarte con una de estas cajas, todas tienen un contenido que hará me recuerdes siempre-

¡Noo! regálame la, que tú quieras(le dije).

-Te entrego la que va repleta de Amor, ¡tuya es! –

Pero… ¿por qué te vas tan pronto? pregunté,

-dicen que mi piel es color azabache y el jefe no permite que te acompañe más, tus ojos, serán para mí tu recuerdo¡ nunca te olvidaré –

Y, continué mi viaje, quizás, me llevaba a ninguna parte..

Volvieron a sentarse en mi departamento, personas que yo, no comprendía cómo portaban maletas sin contenido, maletas nuevas pero, ¡vacías!.. pronto olvidé sus rostros, los diálogos sin sentido invitaban al olvido.

En mi pronta juventud del viaje, cambiaron de raíles, hacia otra dirección pero yo, continuaba sentada junto a la ventana mientras el bosque iba quedando a un lado, fue cuando apareció él, otro ser que ocupo el espacio, a mi lado ; realmente guapo, sus ojos verdes me miraron con ánimo de agradarme.. (no podía olvidar el rostro color azabache y su caja que apretaba con fuerza junto a mi corazón).

Pronto, tal vez, demasiado, le concedí al joven de mi derecha, diálogo y confianza; el revisor, acercándose hacia él, le invitó a, quedarse frente a mí, desde entonces, viajamos juntos, decidiendo no entablar mas conversaciones con otros pasajeros.

Una tarde, el revisor con gran cordialidad, insistió a otra persona que se acomodara a mi lado, representaba la paz, juventud y sencillez, sus palabras, su sonrisa, ¡transmitían lo que yo, tal vez, dejé en el olvido; cómo si fuera un *profesor de sueños*, hablaba, ¡cuanta serenidad! Sus últimas palabras fueron… *no dejes de sonreír nunca* y partió hacia otro destino.

Hoy, continuo mi viaje, oigo a personas pasear fuera de mi vagón, nadie puede entrar, la puerta quedó cerrada, el revisor o… no sé quién, colocó un candado al otro lado de la puerta.

En la caja de Amor, guardo los silencios, la ternura, ¡las alas con las que aprendí a volar!, se rompieron, quizás, para que en mi final del viaje, no eche a volar.

Cuando llegue a mi destino, sé que una nube blanca, de luz inmensa me espera.

Os presentamos la obra de nuestra colaboradora G. Óscar. Os dejamos un artículo sobre ella y una muestra navideña de lo que hace. Todas sus piezas son únicas y realizadas a mano.

LA FAMILIA DE BELÉN. Esmalte craquelado. Cocción 1300º
ÁNGEL PEREZOSO. Barro refractario. Engobe blanco. Óxido de manganeso. Cocción 1250º
ANGELES CUSTODIOS. Barro refractario. Óxidos y colorantes cerámicos. Cristal fundido